, por Florestan Fernandes
Tenemos que enterrar el lugar común en cuestión y orientar el pensamiento sociológico ontestatario en la dirección opuesta, la única que puede ayudar a “los de abajo” a tomar conciencia de las situaciones revolucionarias emergentes y a luchar por la profundización de la revolución dentro del orden, o contra él.
Esta introducción podrá parecer impertinente, o cuando menos excesiva para las proporciones del trabajo. No es ese mi pensamiento. En el fondo, no tenemos cuatro subtemas sino cuatro problemáticas que se unen en el arco implícito de revolución /contrarrevolución de las clases burguesas y estabilización represiva / revolución de las clases trabajadoras. Lo esencial, cuando se piensa en la reflexión política del lector, es que ese arco se haga evidente y dirija su propio curso de imaginación política contestataria. Lo que yo pueda decir es secundario frente a lo que el lector pueda representarse por su cuenta y riesgo. Sin pretender condicionar esa colaboración creadora, he sentido la necesidad de marcar bien las líneas negativas de tradiciones culturales y sofocantes que, a pesar de ello, pasan por “científi cas” y “estimulantes”. Mi deseo íntimo es que el lector me supere, o por lo menos disponga de una base sólida para compartir mi convicción de que todas esas tradiciones deben ser enterradas, junto con el patrón histórico de las “revoluciones interrumpidas”. Poco importa que el texto subsiguiente no llegue más allá de lo que debería ser hecho. Mucho más importa saber que las alternancias de “conciliación” y “reforma” traducen el confl icto crónico tanto del capitalismo neocolonial como del capitalismo dependiente. Para destruir ese confl icto es necesario acabar con la conciliación y con la reforma como “algo que viene impuesto desde arriba” y “sólo permanece arriba”.
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