BLOQUE ZONA LIVRE em Construção

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terça-feira, 14 de setembro de 2010

¿Qué es ser víctima en Colombia?



Por María Jimena Duzán

Sábado 4 Septiembre 2010

El otro día un político me dijo que a él le disgustaban las personas que se declaraban víctimas, porque le parecía un ejercicio innecesario. "En Colombia -me dijo- todos somos víctimas. ¿O es que usted cree que hay algún ciudadano que no lo haya tocado la violencia, que no haya tenido un pariente, así sea lejano, secuestrado o asesinado?".

Este tipo de reflexiones dichas en un país que tiene cerca de cuatro millones de desplazados, la mayoría de los cuales han sido despojados de sus tierras luego de haber visto cómo masacraban a su madre, a su padre o a sus hermanos, refleja cuán lejos estamos como sociedad de haber encontrado un consenso sobre cómo reparar a las víctimas y devolverles la dignidad que les han quitado años de expolio y de invisibilidad.
El hecho de que la violencia nos toque no necesariamente nos convierte a todos los colombianos en víctimas, de la misma forma que la penetración del narcotráfico en la sociedad y en el Estado no nos convierte a todos en narcotraficantes.
Las víctimas en Colombia existen: son de carne y hueso, las llamen como las llamen. Y no solo hay víctimas causadas por la guerrilla, sino por el narcoparamilitarismo y por la intervención de los agentes del Estado. Basta leer el recuento de las masacres que está realizando el equipo de académicos que el gobierno anterior conformó para recuperar la memoria histórica en desarrollo de la Ley de Justicia y Paz, para darse cuenta de que detrás de cada masacre, detrás de cada asesinato múltiple que han ido recomponiendo, estaba un oficial del Ejército o un comandante de batallón. Para no hablar de cómo en los magnicidios que investiga la Fiscalía hay cada vez más evidencias de que agentes del DAS habrían participado activamente en asesinatos como el de Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro.
El problema es que mientras ya hay cierto consenso en la sociedad colombiana por reconocer a las víctimas de las Farc, no ocurre lo mismo a la hora de reconocer a las víctimas del narcoparamilitarismo y mucho menos a las víctimas de los agentes del Estado. Hay todavía una parte de la sociedad colombiana que sigue viviendo tranquila, llevando un narcoparaquito en su corazón; que considera a la parapolítica un mal menor de poca monta que no debería ser motivo de la más mínima investigación y que siente una simpatía especial por Jorge 40, por Mancuso, así ellos dos hayan confesado haber cometido centenares de crímenes contra campesinos inocentes.
Tomemos el caso, por ejemplo, del ex presidente Álvaro Uribe. Su padre fue asesinado por la guerrilla y su familia sintió el dolor desgarrador que produce la pérdida de un ser querido. Sin embargo, en su gobierno la palabra 'víctima' no solo nunca fue apropiada por él sino que se convirtió en una palabra que suscitó desconfianza y con la cual él personalmente nunca se sintió cómodo.
No solo la usó poco en su gobierno, sino que cuando recurrió a ella la utilizó para visibilizar solo a las víctimas de las Farc. Las demás, las víctimas del narcoparamiltarismo y las víctimas de agentes del Estado, siempre fueron menospreciadas por su gobierno. La Ley de Justicia y Paz fue concebida por Uribe como una ley que beneficiaba a los victimarios y no a las víctimas del narcoparamilitarismo, y cuando el senador liberal Juan Fernando Cristo presentó la ley de víctimas que pedía la restitución de tierras a las víctimas de toda índole e incluía a las de los agentes del Estado, su gobierno la enterró argumentando que no había dinero suficiente para sufragar un proyecto que costaba 88 billones de pesos, cifra que hasta ahora nadie ha podido saber de dónde fue sacada.
Ahora que el gobierno de Juan Manuel Santos abre de nuevo el debate en torno a la urgencia que para el país significa sacar adelante una ley de víctimas que no discrimine a ninguna de ellas y una ley de tierras que le permita entregarles a los campesinos las tierras de las que fueron despojados, la fractura de la sociedad vuelve a presentarse: de un lado están los que no creen que haya que reparar a nadie porque "todos somos víctimas" y, del otro, los que pensamos que las víctimas, independientemente de quiénes hayan sido sus victimarios, tienen derecho no solo a saber la verdad sino a ser restituidas en su dignidad y en sus tierras. Si ganan los primeros, este país nunca podrá salir del conflicto ni de la guerra. Si ganamos los segundos, nuestros hijos podrán conocer la paz que nosotros ya no vivimos.

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Outra Colômbia é possível...!!

sexta-feira, 10 de setembro de 2010

Fiscalía revela que van 2.436 víctimas de "falsos positivos"


Por: Mauricio Collazos

La Fiscalía General de la Nación reveló que a 2 mil 436 se elevó el número de víctimas de casos relacionados con los denominados "falsos positivos" en el país.

El ente acusador reportó que del total de víctimas en este escándalo, 2 mil 193 corresponden a hombres, 118 a mujeres y 125 a menores de edad.

Así se desprende de un informe preparado por la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía, donde quedó al descubierto que a la fecha están siendo investigados 1.100 miembros de la fuerza pública por estar implicados en este escándalo.

De acuerdo con el informe, el mayor número de uniformados implicados en estos hechos son integrantes del Ejército con un total de 1.068, seguido de miembros de la Policía con 23, de la Armada Nacional son 7 y del DAS 2.

De igual forma, han sido condenadas un total de 245 personas, de las cuales 54 confesaron ser culpables y aceptaron cargos para sentencia anticipada.

Según los investigadores, el mayor número de homicidios cometidos presuntamente por miembros de la fuerza pública, se presentó en el año 2007 con un total de 507 casos, mientras que en el 2009 se registraron 13 y en lo corrido de 2010 no se tiene ningún reporte oficial.

Agrega el informe de la Fiscalía, que los departamentos de mayor impacto son en su orden: Antioquia con 405 casos, Meta con 116 y Norte de Santander y Caquetá con 78.

Por su parte, Cristian Salazar, delegado de las Naciones Unidas en Colombia para los Derechos Humanos, se declaró preocupado porque la Justicia Penal Militar no está colaborando de manera eficaz con la justicia ordinaria para esclarecer los miles de procesos que se adelantan por estos hechos.

Salazar explicó que mientras en el 2009 la Justicia Penal Militar remitió a la ordinaria 267 expedientes en lo corrido del 2010 sólo ha trasladado 7 procesos.

A su turno, el personero de Soacha, Cundinamarca, Fernando Escobar, dijo que de los casos de "falsos positivos" de los 14 jóvenes de ese municipio, y de los otros 3 de Bogotá reportados como muertos en supuestos combates en 2007 y 2008, hoy sólo hay un expediente en etapa de juicio.


Fiscalía investigará 3 posibles "falsos positivos" en La Macarena


Por: RCN Radio

RCN La Radio conoció en primicia que se compulsarán copias a la Dirección Nacional de Fiscalías para que se comiencen a investigar los tres primeros casos de N.N. hallados en el cementerio de La Macarena, en el Meta, ya que podrían estar relacionados con los denominados "falsos positivos".

Fuentes judiciales le confirmaron a RCN La Radio que en principio tres de las víctimas, cuyos cuerpos se encontraban en el cementerio municipal de La Macarena, podrían haber sido presentados como muertos en falsos combates con miembros de la fuerza pública.

A este primer indicio llegaron los investigadores de la Fiscalía, luego de lograr la plena identificación de los cadáveres exhumados y haber ubicado a sus familiares, quienes entregaron versiones que conducirían a establecer que fueron asesinados y presentados como supuestos guerrilleros muertos en combate.

Se espera que inmediatamente llegue la compulsa de copias a la Dirección Nacional de Fiscalías, este despacho remita el expediente al fiscal competente para asumir estos primeros casos.

sexta-feira, 3 de setembro de 2010

FARC prontas para falar na assembleia da Unasul

23 de agosto de 2010 .- A ofensiva diplomática das FARC a todo vapor. Enquanto por um lado o governo colombiano fecha a porta para as conversações sobre o conflito social e armado, as FARC batem em outra porta.

Infelizmente, a OEA e a ONU seguem obedientes as orientações do capitalismo. Pouco ou nada fazem esses espaços supostamente "democráticos". Antes as FARC enviaram cartas à ONU, sem respostas até agora.

Leia: a Carta das FARC – EP a UNASUL


Carta aberta das FARC-EP à Unasul

Embora o governo da Colômbia mantenha fechada a porta ao diálogo com a insurgência, estimulado pela miragem de uma vitória militar e interferência de Washington, queremos transmitir à União das Nações do Sul, a Unasul, a nossa firme determinação em procurar uma solução política para conflito .

É um fato que esta transbordou, durante anos, o marco das fronteiras patrióticas como resultado das estratégias de "prevenção" em Bogotá impostas pelo governo dos Estados Unidos. Se a Colômbia está sob ocupação militar de uma potência estrangeira é para desenvolver um interesse geo-estratégico, predominantemente continental, e não por causa da guerra de contra-insurgência local. Ninguém contesta que a Casa Branca tem a preocupação crescente com presença política assumida neste hemisfério, dos governos que optam por soberania.

Em nosso país, o Plano Colômbia, a estratégia neoliberal, a violência institucional e para-institucional, tem agravado o conflito a um novo nível, o que torna muito difícil superar essa fase de confronto fratricida sem a ajuda dos países irmãos.

A crise humanitária na Colômbia clama mobilização e solidariedade continental. A obsessão oligárquica em submeter os guerrilheiros militarmente há 46 anos, e a implementação de políticas repressivas e militaristas de Washington afirmam inúmeros massacres, valas comuns, como em Macarena que esconde mais de 2.000 cadáveres: o maior da América Latina , crimes contra a humanidade, eufemisticamente chamados de "falsos positivos", um deslocamento forçado de cinco milhões de camponeses, os desaparecimentos de cidadãos por razões políticas, prisões arbitrárias, 30 milhões de pobres em um país de 44 milhões de pessoas ...

Alguns aludem frequentemente à obsolescência da luta armada revolucionária, mas não dizem nada sobre as condições e garantias para a luta política na Colômbia. Outros dizem que a ameaça é da insurgência e não da estratégia neocolonial do governo dos Estados Unidos, parecendo ignorar que, com a guerrilha ou sem ela, o Estado continuaria com a sua agenda de posição dominante. E também deverá pressionar uma das partes litigantes, principalmente a insurreição.

A paz com justiça social, não a guerra pela guerra, tem sido o objetivo estratégico das FARC desde a sua criação em 1964, em Marquetalia. Se as conversações de paz na Casa Verde, Caracas, Tlaxcala e Caguán não chegaram ao término, foi porque os oligarcas não considerariam qualquer alteração da injusta política social e econômica que motiva a revolta. Hoje enfrentamos, agitando bandeiras políticas inquestionáveis, a maior máquina de guerra que tem vindo a enfrentar uma guerrilha, mas lutando sempre pela possibilidade de uma solução política.

Sr. Presidente, a seu critério, quando for oportuno, estamos prontos para apresentar na reunião da Unasul a nossa visão do conflito colombiano.

A paz na Colômbia é a paz no continente.

Queira aceitar os nossos cumprimentos

Atenciosamente,

Compatriotas

Secretariado do Estado Maior Geral das FARC-EP

Montanhas da Colômbia, agosto 2010