BLOQUE ZONA LIVRE em Construção

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quinta-feira, 10 de novembro de 2011

PARTE MILITAR

PARTE MILITAR
Escrito por Comando Conjunto de Occidente
Martes, 04 de Octubre de 2011 22:18

Día 25 de Septiembre del año 2011

1. Combatientes de las FARC – EP atacaron la base del ejército en el municipio de Suárez – Cauca a las 05:00 horas, con granadas de llovizna, morteros de 90, 110, 115 y 160 mm. y, ramplas de cilindros de 2 arrobas. Se combatió contra la fuerza aérea desde las 06:30 y contra tropas acantonadas en la base y los refuerzos. Resultados: 3 soldados muertos y 12 heridos. Destruidas varias fortificaciones. Propios sin novedad.

2. A las 01:15 horas, chocaron y combatieron con el ejército en la vereda Santa Elena, de Caldono – Cauca. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.

3. Desde las 04:30 hasta las 11:00 horas hostigaron a la policía de Jambaló – Cauca. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


4. Desde las 04:30 hasta las 07:00 horas, hostigaron con artillería al ejército en la vereda Paletón, de Jambaló – Cauca. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


5. Desde las 04:30 hasta las 09:00 horas, hostigaron con artillería y fusilería al ejército en la vereda Esmeralda, de Caldono. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


6. A las 04:30 y hasta las 11:00 horas, columna guerrillera atacó patrulla de ejército por dos flancos, con ametralladoras y fusilería en la vereda Santa Elena, parte alta hasta el municipio de Caldono. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


7. A las 04:30 y hasta las 12:00 horas se atacó patrulla de ejército con artillería y fusilería en las veredas de Piñuelos, Plan de Zúñiga y El Azul, en Caldono. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


8. A las 04:30 y hasta las 06:30 horas se atacó puesto de policía del corregimiento de Siberia, de Caldono con cilindros de tiro recto, ametralladoras y fusilería. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


9. A las 09:00 y hasta las 09:30 horas se hostigó puesto de policía de Silvia – Cauca y se peleó con la aviación de apoyo. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn.


El lunes 26, se hostigó el puesto de policía de Silvia.

El lunes y martes 27 continuaron los combates en Suárez. Se desconocen resultados. Propios sin novedad.


10. En Buenaventura se atacó camioneta del ejército a las 20:00 horas, a las 21:00 se hostigó puesto del ejército en la vía interna cerca al muelle y a las 23:00 se combatió con paramilitares en el barrio Mi Barquito. Resultados: un paramilitar muerto, tres militares heridos. Ptsn.


11. Atacada con cilindros la base militar de Santa Ana, a las 09:00 horas. Se desconocen bajas enemigas. Ptsn


FARC – EP
Septiembre 28 del 2011
Montañas del Cauca.

A un año de su desaparición física,
Comandante Jorge Briceño Suárez:
Presente y combatiendo, hasta siempre

quinta-feira, 9 de junho de 2011

Comunicado a la Opinión Pública



Comunicado a la Opinión Pública

Asesinada en Medellín Ana Fabricia Córdoba, sobreviviente del genocidio contra la Unión Patriótica en la región del Urabá
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La Corporación Reiniciar lamenta y rechaza el homicidio de Ana Fabricia Córdoba Cabrera, de 51 años, quien sobrevivió al exterminio de la Unión Patriótica y desplazada luego de que varios de sus familiares, pertenecientes a la UP, fueran asesinados en la región de Urabá en la década del 90. En la actualidad se destacaba como representante de los habitantes del barrio La Cruz de Medellín donde residía.Recientemente en varios eventos públicos, la líder había denunciado amenazas contra su vida y exigía justicia por el asesinato de su hijo, en julio de 2010. En la tarde de ayer fue asesinada cuando se dirigía en un bus de servicio público hacia su casa.

La Corporación Reiniciar, peticionaria del Caso Unión Patriótica ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos – CIDH, expresa condolencias a sus familiares y compañeros, y exige a las autoridades competentes que adelanten las investigaciones y acciones necesarias tendientes a esclarecer los hechos y determinar los responsables.

Corporación para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos - Reiniciar


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terça-feira, 7 de junho de 2011

Denunciado trato cruel a prisioneiros políticos colombiano


Bogotá, 5 jun (Prensa Latina)

Os presos políticos colombianos são submetidos a tratos cruéis e a ações desumanas, denunciou hoje Diego Martínez, secretário permanente do Comitê Executivo pela Defesa dos Direitos Humanos.

Em entrevista à Prensa Latina, Martínez - advogado de profissão - afirmou que atualmente os mais de 7.500 prisioneiros de consciência no país vivem em condições degradantes e de superlotação.

"Na Colômbia não está ratificada a prisão perpétua, mas, na prática, há prisioneiros políticos cumprindo várias penas de mais de 30 anos", advertiu.

Por outro lado - agregou - "estamos falando de condições de superlotação em muitas prisões do país".

O ativista também advertiu que "na Colômbia se vem implantando um modelo de cárcere industrializado e privado, muito ao estilo das prisões norte-americanas, que sem dúvidas são o pior exemplo de tratos dignos para os réus", destacou.

Daí a necessidade de convocar a sociedade colombiana, através de um encontro, a atentar para estes temas, afirmou o secretário.

Com isso, Martínez se referiu a um fórum que sessiona desde ontem e até hoje em Bogotá, mediante o qual busca-se aumentar a visibilidade diante da opinião pública sobre a crítica situação da qual padecem os presos políticos na Colômbia.

Convocado por organizações da sociedade civil, entre os objetivos do encontro também está denunciar os casos de detenção de lutadores sociais e populares e de defensores de direitos humanos, no marco da criminalização da oposição política.

O fórum - de cujo comitê organizador Martinez é membro - pretende também ser um palco sobre o contexto no qual se inserem as causas pelas quais existem prisioneiros em Colômbia.

Com isto, busca-se permitir o intercâmbio de experiências organizativas, de motivação e de luta daqueles que têm sofrido e sofrem a privação de sua liberdade por razões políticas e ideológicas.

Presos políticos participaram ativamente, ontem, da iniciativa, por meio de seus escritos ou de intervenções telefônicas.

Não obstante, o fórum foi estigmatizado em seus objetivos, trazendo como consequência repressão nos centros prisionais do país, de acordo com denúncias do Coletivo de Advogados José Alvear Restrepo.

Diante disso, os organizadores do encontro solicitaram que a opinião pública não seja desinformada e que não se desate uma caça às bruxas ao interior dos centros prisionais, como, segundo advertiram, já é costume.

Por outra parte, Martínez celebrou em suas declarações à Prensa Latina o fato de que a justiça colombiana tenha absolvido o professor Miguel Angel Beltrán, que permaneceu dois anos na prisão após ser acusado de rebelião e de ser membro da guerrilha.

Martinez qualificou como "importante" esta decisão e recordou que a sentença baseia-se na invalidação jurídica das supostas informações contidas nos supostos computadores do chefe guerrilheiro Raúl Reyes.

Em sua opinião, essa sentença ratifica como a força militar vem desempenhando funções de polícia jurídica, montando processos falsos contra opositores colombianos, como o caso de Beltrán.

À indagação sobre o que ocorreria agora com os demais processos abertos contra vários políticos e que se baseiam nas tais informações dos levados e trazidos computadores, Martínez mostrou suas reservas.

"A decisão deve ser o fim imediato das investigações que se baseiam nesses computadores, da perseguição e das montagens judiciais", expressou.

"No entanto", alertou, "temos ouvido que, pelo contrário, a ideia da Promotoria Geral é dilatar essa série de processos contra as pessoas cujos nomes supostamente aparecem nos computadores".

Essa apreciação é partilhada por muitos dos participantes do fórum, denominado Encontro pela Liberdade dos Presos Políticos, "Longa Vida às Borboletas".

quinta-feira, 5 de maio de 2011

En Puerto Berrío, Antioquia, los N.N. hacen milagros


Por: JULIAN ISAZA


Por el río Magdalena bajan cuerpos sin identificar que se convierten en santos.

Donde los santos naufragan

A Puerto Berrío (Antioquia) algunos de los cuerpos que deja la violencia del país llegan flotando por las aguas del Magdalena. Allí son recogidos, sepultados y la gente les hace ofrendas a cambio de milagros ¿Se puede llorar un muerto ajeno y convertirlo en santo?


Soy un manojo de células, millones de ellas unidas formando tejidos, órganos, sistemas. Soy un cuerpo animado por una energía indescifrable que se llama vida. Si la vida me abandona, me convierto en bulto de carne cada vez más fría, más rígida y luego, por la acción de la degradación, despediré un fuerte olor. Las bacterias que habitan en mí me consumirán, mis carnes se hincharán y los fluidos buscarán su salida por cada orificio. Si muero, por causas no naturales -digamos un disparo, un golpe o una puñalada-, tan frecuentes en este hermoso país que tiene todos los pisos térmicos, calibres y dementes, existe la probabilidad de que termine flotando en un río y el proceso de corrupción de mi anatomía será aún más acelerado. Me hincharé y navegaré por la corriente y, tal vez, luego de varios días con sus noches, seré una masa putrefacta. Pero si hay suerte -extraña palabra- y ese río es el Magdalena, es posible que un pescador a la altura de Puerto Berrío (Antioquia) se conduela y rescate mi cuerpo, para que luego sea llevado a la morgue, declarado N.N. y, finalmente, sea depositado en un cementerio, al que llegarán hombres y mujeres de piel parda, con los ojos llorosos, que me pedirán favores, me rezarán y pondrán un nombre en mi lápida y, por un segundo, increíblemente, en esta tierra de cuerpos anónimos y fosas comunes, tendré una morada final no tan amargamente solitaria. Me adoptarán... Seré alguien, así la versión oficial diga que soy nadie.


El olor de la muerte en el cementerio de Puerto Berrío se mete agudo por la nariz, como si los dedos largos y huesudos de la parca penetraran las fosas nasales y masajearan el cerebro. Es la fragancia repulsivamente húmeda y dulzona de decenas de cuerpos archivados en un bloque de hormigón, que parece una colmena blanca en la que cada receptáculo es ocupado por un cuerpo. Todos están sellados con tapas de concreto, que hacen las veces de lápidas sobre las que se escriben las letras N.N., se ponen placas de agradecimiento, flores marchitas, vasos de agua a la mitad para la sed de las ánimas y, sobre todo, la palabra "escogido" bien reteñida, para aclarar que ese muerto ya tiene un doliente. Un doliente voluntario, como aquella mujer que arrodillada toca la tumba, cierra los ojos y susurra plegarias y peticiones. La misma que perdió a su pariente y que decidió orarle a un muerto ajeno esperanzada en que alguien haga lo mismo por el propio, como viviendo su duelo en diferido.


En dos de las dictaduras más tenebrosas de América Latina, las de Argentina y Chile, se estima que las desapariciones forzadas fueron 30 mil en la primera y 3 mil en la segunda. Según un informe realizado por el Grupo de Trabajo para América Latina y la Oficina en Estados Unidos sobre Colombia, en el país hay 51 mil desaparecidos, de los cuales al menos 32 mil corresponderían a desapariciones forzadas -aunque la Fiscalía habla de 27 mil- y contando. Las lágrimas aquí siguen llenando un río.


Santos en el agua


Si soy un cuerpo flotando existe la posibilidad de que el remolino que se forma al frente de la casa de Aleida Uribe me atrape, me dé un par de vueltas y me exponga a la vista de pescadores, ancianos y niños semidesnudos que no se asombrarán. Alguien, como cuenta ella, podría decir "allá viene un tronco" y otro le respondería: "viene un tronco, pero de un cristiano". No hay gritos ni horror ni lamentos. Dairo, el esposo de Aleida, o José Luis o Elkin o cualquiera de los pescadores, se levantaría de su silla perezosamente, agarraría una cuerda y abordaría la canoa para remolcar ese cuerpo y amarrarlo un poco más abajo o arriba del río. Luego, daría aviso a las autoridades y se echaría la bendición. La vida continuaría.


El lugar es un humilde barrio de pescadores, de trochas, de casas de madera. Aleida ha vivido aquí toda su vida y ha visto la escena tantas veces que no arriesga una cifra. Frente a su residencia está el Magdalena, las canoas, la orilla fangosa y negra, el recuerdo tan añejo como nuevo de aquellas masas que bajan sigilosas. "Si es un hombre flota boca abajo, si es una mujer, bocarriba", dice con su voz suave y Dairo interrumpe y explica: "por los senos". La muerte es una vieja conocida, una constante con causas variables. Y Aleida, como muchos de los que aquí viven, no solo ha sido espectadora, sino que la ha tocado muy de cerca. Paramilitares, bacrim, guerrillas y fuerzas legales, producen cuerpos de manera casi industrial y esta mujer también tiene su cuota de pérdidas: un cuñado y una hermana, que dejaron dos huérfanos de 5 y 6 años.


Las historias para no dormir son tan frecuentes, que cada persona parece tener la suya, su relato de una pérdida, de una desaparición. Quizás por eso en Puerto Berrío hay una devoción declarada a las almas en pena, a las ánimas benditas, que vagan sin tener descanso. Aquí lo escabroso se convierte en fe, en misticismo.


Una anciana fuma un Belmont y entre las volutas espesas escucha las historias de Aleida. Da una calada honda y arruga la cara llena de surcos profundos y dice que "las ánimas benditas protegen y, si uno las respeta, conceden favores". La mujer recuerda que al principio la tradición de algunos pescadores era enterrar los cuerpos en la orilla y ponerles velas, como una forma de despedirlos, aunque de esa manera se dificultaba que el cuerpo se descubriera y se abriera una investigación. Luego comenzaron a amarrarlos cerca del margen del río, pues así podían dar aviso a la policía sin comprometerse a llenar papeles ni ser citados a declarar.


Julio César Marín es moreno y flaco como una rama. En 1989 desapareció su hermana y desde entonces ha descubierto decenas de cadáveres -pertenece a una asociación ambiental de pescadores que le hace limpieza a las ciénagas, donde eventualmente, aparte de basura, encuentran despojos humanos-, aunque ninguno ha sido el de su pariente. Entre los recuerdos añejos de Julio está el de cinco cuerpos que halló abajo de Puerto Berrío, de los cuales solo pudo rescatar los dos que la putrefacción y los gallinazos le permitieron. Los enterró allí mismo y les fabricó un par de cruces con guaduas atadas con los cordones de sus zapatos. También les pidió que le ayudaran a encontrar a su desaparecida. Hoy, allí sentado y matando a palmadas los jejenes que intentan chuparle la sangre, sigue esperando.


Los cuerpos


Francisco Luis Mesa parece un luchador en retiro. Los brazos poderosos salen del esqueleto que lleva puesto. El pelo esculpido casi a ras. La cara cuadrada. Las Vírgenes y Cristos de plata sobre el pecho peludo. La gruesa anatomía del hombre descansa sobre la puerta de una carroza fúnebre. Francisco arruga la nariz. "La pudrición humana es la peor", dice con un rictus de asco, como si todavía, después de 23 años en el negocio -es dueño de la funeraria San Judas-, la muerte le repugnara. Desde que llegó, Francisco ha prestado sus servicios (sin lucrarse) a los difuntos desconocidos, pues dice, mientras muestra cuatro cicatrices redondas en un costado, producto de un número ídem de disparos, que les debe la vida a las ánimas benditas. Su labor es apoyada por la alcaldía municipal (que le ayuda económicamente) y la iglesia (que presta el espacio en el cementerio).


"El ser humano es la vulgaridad más aterradora de este mundo", suelta luego de unos segundos. Él lleva la cuenta y dice que son 426 los cadáveres sin identificar que han pasado por sus manos, aunque la palabra cadáveres parece ambiciosa, pues los restos humanos que bajan por el río son precisamente eso, restos. La gente llega a cuotas: una cabeza, un tronco, brazos, piernas. Pedazos de la guerra. "Vulgaridad" parece un eufemismo leve.


El médico forense Juan Carlos Rivera dice que "del 2008 a la fecha hubo un total de 351 N.N. y de ese total se logró la identificación de 318 casos". Los cuerpos que llegan por el río, por lo regular vienen de los municipios cercanos, como Puerto Nare, Puerto Triunfo, Puerto Boyacá o La Dorada. "Los cadáveres que se recuperan generalmente llevan dos o tres días en el agua; luego de este lapso los carroñeros se los comen y los huesos quedan dispersados en el lecho del río", cuenta el médico y añade: "A los cadáveres muchas veces los desmiembran para desaparecerlos. Además, los peces devoran el pulpejo de los dedos, por lo que se pierden las huellas. También se comen los lóbulos de las orejas, la nariz, los ojos".


"Si usted es un N.N. puede llegar hecho pedacitos, irreconocible", suelta Francisco, mientras secciona imaginariamente con el dedo mi cuerpo, mientras me despresa con intenciones didácticas.


El cielo de Puerto Berrío es surcado por dos helicópteros Black Hawk artillados. La presencia de la fuerza pública en la zona es enorme, aquí está la Decimocuarta Brigada, el batallón Calibío, el Bomboná, la policía. "¿Por qué hay tanta violencia?", se interroga el médico y, con un resoplido, se responde: "esa es la pregunta del millón".


Lágrimas prestadas


La mujer que recorre el camposanto adoptó un muerto y es madre de siete hijos -de los cuales dos están desaparecidos-. Se llama Blanca Nuri, tiene la piel muy oscura, el pelo corto, las caderas anchas. Camina despacio y bordeando las tumbas de los N.N., mirando la estructura de concreto, las lápidas en cemento, las placas que agradecen los favores recibidos, los nombres inventados: Nevardo Nevado, Nacho Nuñez, Narciso Nanclares. "Muchos les ponen nombres a los difuntos que empiezan con las 'NN', aunque otros les ponen el nombre de un familiar o simplemente el nombre que les gusta", dice Blanca, que hace ocho años bautizó como Isabel a su santa no identificada.


Blanca no conoció a Isabel, no sabe cómo lucía, qué hacía, si era una buena o mala persona, pero luchó por ella. Se la disputó con otros cuando llegó en una caja, la ganó a empellones, la adoptó.


Si soy un N.N. puedo ser deseado.


Blanca escribió en el tapón de concreto, que hace las veces de lápida, la palabra escogido, luego le puso un nombre. Cerró los ojos y pidió por su hijo, que tenía buenas posibilidades de convertirse en un cuerpo inerte, tal vez flotante. "Se lo querían llevar y yo alcancé a salir. Les dije que si lo iban a matar, que lo hicieran aquí, delante mío, para poder enterrarlo", cuenta con los ojos líquidos. Su hijo vivió, milagro concedido. Pero un año después otro de sus hijos -tenía 14 años- salió de casa y nunca volvió. Dicen que fueron los paramilitares. Y, cuatro años más tarde, su pequeña de 9 años también se esfumó. Dicen que la vieron con un hombre que la llevaba a rastras, que fue víctima de un monstruo con cara de vecino.


Isabel recibió flores, palabras dulces, oraciones, plegarias pagas un par de veces a la semana. Blanca cuidó de ella, la visitó, hizo un duelo prestado. La difunta tuvo doliente, la mujer tuvo a quien llorar. "Al adoptar, uno espera que alguien haga lo mismo con los de uno", suelta con un suspiro y luego retrocede, dice que no pierde la esperanza de encontrar a los suyos. Por eso ella anda por ahí, con los recuerdos de su hijo, con una foto de su hija, con los cuadernos y tareas escolares sin finalizar, como testimonio de una desaparición. Ella recorre el pueblo, el cementerio. Como un alma en pena.


Milagros desconocidos


En la fachada del cementerio de Puerto Berrío hay varios pergaminos pintados, cada uno con decenas de nombres, unos de asesinados otros de desaparecidos. Se extienden por todo el frente y dan la vuelta. Los últimos están en blanco, dispuestos a ser llenados. En el cielo se arremolinan cientos de buitres, puntos negros que dan vueltas en una nube viva; en el suelo se arrastran ciempiés y arañas, los cuervos graznan. Un ataúd viejo y ajado reposa sobre la tierra. El sol revienta contra la superficie polvorienta.

Son las tres de la tarde y un hombre vestido con un impermeable, capucha y botas negras, camina murmurando rezos. Las zanjas de su cara cuarteada se llenan con el sudor, que resbala y se pierde en el bigote delgado. En el pecho lleva un Sagrado Rostro estampado -que reemplazó a la calavera que solía llevar en su atuendo, pero que asustaba a los parroquianos- y a su lado camina un niño de unos seis años -su nieto- que sostiene una vela gruesa. El hombre se llama Hernán Montoya, pero pocos lo conocen por su nombre, aunque todos saben que es el animero.


Entre este mundo y el otro, él viene siendo una especie de intermediario. Cada lunes, desde hace 11 años, camina por el cementerio apaciguando las almas y haciendo peticiones ajenas. Una colaboración y el animero pone al servicio del creyente su influencia sobrenatural -5.000 pesos por novena y 25.000 por novenario-. Unos lo miran con temor, otros con fe. Algunos le piden que interceda ante las ánimas, especialmente ante los N.N., para que les hagan ese milagro: que aparezca el desaparecido, conseguir un marido, que el chance caiga en su número.


"Por ejemplo, el que escogió esta tumba le dicen Moca Moca", dice el animero señalando la tumba de una N.N. a la que nombraron Sonia Cadavid, y sigue: "él me dijo: 'animero, pida para que yo gane chances'. Y yo le dije: 'y usted ¿qué le ofrece a esa alma del purgatorio?' Y él se comprometió a darle misas y a sacarle un osario. Resulta que el paciente, el alma, le dio un chance, pero él no cumplió con su promesa. Resulta que el alma le dio ese milagro, pero si uno no le cumple ¿a dónde lo va a tirar? Lo va a tirar a la ruina", sentencia el animero contrariado.


Moca Moca Cadavid llega sudando y apurado al cementerio. Su suerte no es la de antes, según dicen, y por eso viene a rezar. Moca habla como un niño, cambia los sonidos de las eses y ces por ches: "yo vengo a pedir otro 'chanche' (chance)", dice. Tiene los ojos enormes y azules. Parece un gato. Se sienta al lado de su difunta desconocida, pasa la mano por la superficie de la placa que le mandó a hacer. Las flores aún no se marchitan. Cuenta que con el último chance pagó la cuenta del agua y la luz, que le ayudó a su mamá. Ahora quiere otro. Con ese otro, promete, pagará para que los restos de su milagrosa particular sean trasladados a un osario. "Ahora chí", se compromete arrugando la frente.


Los creyentes silenciosos llenan otra vez los vasos de agua. Los muertos tienen sed. El animero le palmea la cabeza a su nieto que lo mira con esos ojos solares y se va. Moca frunce el ceño y sueña con números y espíritus. Los pescadores observan la ribera y los chicos corren por la orilla. Blanca aprieta la foto de su pequeña y suspira: "Me voy cuando la encuentre".


Gabriel García Márquez escribió un cuento llamado El ahogado más hermoso del mundo, en el que cuenta la historia de un muerto que llega arrastrado por las aguas y queda varado en la playa, para ser recogido por los habitantes de un pequeño pueblo. Lo llamaron Esteban, lo lloraron, lo adoraron.


Si soy un cadáver quizá no sea el más hermoso del mundo, pero en el trágico realismo mágico de este país seré un santo y, seguramente, no descansaré en paz. Tal vez las balas y la muerte crearán un cuerpo que será lo único que queda para aferrarse, para que otros -aún vivos- no se dejen arrastrar por la corriente.

terça-feira, 3 de maio de 2011

Unas 70 personas detenidas y 30 heridas graves el Primero de Mayo en Bogotá

Foto: Colectivo REATS SINAPSIS

En Bogotá tuvieron lugar diferentes movilizaciones con motivo del Día Internacional de la Clase Trabajadora que acabaron en la Plaza de Bolívar. La principal marcha recorrió la Carrera Séptima desde el Parque Nacional hasta la Plaza Bolívar; y otras marchas desde el sur de la ciudad confluyeron en diferentes puntos de la ciudad para llegar unidas a la misma plaza casi dos horas después. La oposición al Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de Santos y a las reformas de las leyes de educación y salud fueron los principales puntos de unión en discursos, letreros, gritos y pintadas en las paredes.

Por otro lado, los gases lacrimógenos frente a las piedras y las granadas de dispersión frente a improvisados objetos volantes fueron una constante en los últimos tramos de la marcha y en la Plaza Bolívar. Los gases lacrimógenos lanzados por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) obligaron a levantar la tarima y suspender los discursos de las organizaciones convocantes de la movilización.

Según el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP) a las 7 PM existían 69 personas detenidas y el calculo que hace la organización defensora de derechos humanos es que seguirán habiendo más detenciones porque «muchos jóvenes están siendo retenidos temporalmente en camiones por la Policía» y todavía no se sabe dónde acabarán esas personas. El CSPP denuncia que miembros de la Fuerza Disponible de la Policía Metropolitana actuaban sin identificación y se dedicaron a «romper la marcha» provocando a manifestantes y golpeando incluso a personas defensoras de derechos humanos como miembros del mismo CSPP. El CSPP afirma que con el objeto de criminalizar a la juventud han habido muchas detenciones de jóvenes.

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Esta mensagem é enviada pelo Comitê de Solidariedade ao Povo Colombiano
Porto Alegre - RS, Brasil