BLOQUE ZONA LIVRE em Construção

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quinta-feira, 28 de maio de 2009

18ª PARTE - REFLEXIONES SOBRE LAS REVOLUCIONES INTERRUMPIDAS

, por Florestan Fernandes

El tercer aspecto plantea, de hecho, el problema de la revolución en el contexto histórico actual de América Latina. Es un error pensar que la burguesía puede moverse con cierta libertad a través de una posible “reforma del capitalismo”. La principal lección de Cuba es esa. Este país le muestra al resto de América Latina cuál es el camino que puede y debe ser seguido en el presente, presumiblemente en condiciones diversas y mucho más difíciles. La “revolución burguesa atrasada” tiene tres polos distintos: un fuerte polo económico, fi nanciero y tecnológico internacional; un polo burgués nacional dispuesto a correr el riesgo de la “profundización de la dependencia” y lo sufi cientemente audaz como para explotar esa “última vía” de la transformación capitalista en las condiciones tan inhumanas de la región; una forma absolutista de Estado burgués, tan fl exible como para hablar varios lenguajes políticos y tan fuerte como para oscilar rápidamente, al calor de las circunstancias, de la dictadura militar con respaldo civil hacia la “democracia ritual” con respaldo militar. Esos tres polos tienen que relacionarse de modo mucho más complejo que aquel que se evidenció en Cuba bajo la República títere. A medida que la industrialización masiva, la modernización acelerada y el desarrollo concentrador se vayan liberando de los controles rígidos de los períodos de implementación y de maduración, sus efectos, su signifi cado global y todo el conjunto de políticas a las que aquéllos responden tendrán que ser cuestionados. El “diálogo sordo” del diktat tendrá que ser reemplazado, a veces más rápidamente de lo que les gustaría a las clases burguesas, y por sobre las posibilidades de “disuasión pacífi ca” del Estado, por el diálogo verdadero. Por mayor que sea la masifi cación de la cultura política dirigida, las clases trabajadoras se harán cargo de los canales de diálogo verdadero y el “capitalismo reformado” probará su inconsistencia básica. La perspectiva será la de una existencia dolorosa, con la República títere sujeta de manera permanente a varios endurecimientos sucesivos, a una escala ampliada con respecto de lo que sucedió en Cuba desde el ascenso de Machado hasta la caída de Batista. Al recurrir a cambios de carácter revolucionario, sin ser una clase revolucionaria, la burguesía acepta ese peligro extremo mal evaluado por falta de perspectiva política. El inmediatismo es casi siempre ciego. Éste lleva al cálculo de que “quien puede más llora menos”. Pero quien “puede más” por algunos años, o incluso por mucho tiempo, acaba por “poder menos”. Quien no crea en ese razonamiento, que observe el desastre sufrido por la burguesía cubana y por los Estados Unidos desde 1959 hasta 1962, en la veloz evolución de la Revolución Cubana.

Esta discusión puede parecer biased o “ideológicamente contaminada”. De hecho, se corresponde positivamente con ciertos valores, con la explicitación necesaria de intereses y de ideales políticos que comparto. Sin embargo, no fui yo quien los puso en el centro de la historia. Sería absurdo pretender analizar una situación histórica tan compleja ignorando todas las fuerzas que exceden la defensa activa o violenta del orden. Ahora bien, todas las fuerzas —contrarrevolucionarias y revolucionarias— merecen ser tenidas en cuenta; ignorar estas últimas equivale a no estar interesado en el futuro… La revolución burguesa atrasada no tiene envergadura para enfrentar y resolver tareas que la revolución burguesa “clásica” sólo ha solucionado parcialmente, en Europa y en los Estados Unidos, en un contexto histórico producido en gran parte por el poder colectivo de acción innovadora y constructiva de la burguesía en ascenso o en consolidación como clase dominante. Además, recién ahora se delinea estructuralmente la capacidad de acción organizada y de presencia colectiva contestataria de las clases desposeídas y oprimidas de América Latina, en lucha por la condición de clase en sí pero con potencial para convertirse rápidamente en clase revolucionaria. Desde una perspectiva “multinacional”, y a partir de una “óptica capitalista conservadora”, parece que las clases burguesas podrán remontarse, desde la propia situación histórica. Se necesitaría solamente soportar la “aceleración del desarrollo”, el momento más difícil, para más adelante poder “ofrecerles a todos recolectar más frutos”. Sucede que ésa no es la historia que parece estar en proceso real. ¿Qué signifi ca ofrecer más y cuánto podrán todos recoger en las funciones de legitimación de un régimen capitalista que tiene que comprar las conciencias de sus enemigos de clase y debe recurrir permanentemente al consentimiento impuesto? Es cierto que el modelo de desarrollo capitalista monopolista le da un respiro a la burguesía. Sin embargo, ese respiro no puede compensar la socavación de la posición de clase dominante que se procesa (y que crece geométricamente) gracias a la forma persistente de desarrollo capitalista dependiente. Se confi gura, así, una muralla china para la burguesía, digamos, el equivalente a su castillo feudal. Ésta está atrapada y a merced de la presión de los de abajo, lo que se hará sentir mejor desde el momento en que los efectos positivos y negativos de la industrialización masiva, de la modernización acelerada y del desarrollo concentrador funcionen como factor explosivo de recuperación histórica de situaciones revolucionarias congeladas por la fuerza bruta.

segunda-feira, 25 de maio de 2009

As Sete Mensagens Zapatistas



As sete mensagens zapatistas com as quais o comandante Tacho entregou a Marcos o bastão de comando no aniversário do EZLN.

Bandeira Nacional: Neste pedaço de tecido se encontra a palavra de todos mexicanos pobres e sua luta desde os velhos tempos. Tens de lutar por todoseles, nunca por ti, nunca por nós. Para todos, tudo, nada para nós. Somos mexicanos que queremos ser livres.Esta é a bandeira da história.Recorda sempre que nossa luta é pela liberdade.

Bandeira do EZLN: Esta estrela de cinco pontas contém a figura do ser humano: a cabeça, as duas mãos os dois pés e o coração vermelho, que une as cinco partes tornando-as uma só. Somos seres humanos e isso quer dizer que temos dignidade. Esta é a bandeira da dignidade. Recorda sempre que nossa luta é pelo homem.

Arma: Nesta arma va i nosso coração guerreiro. Nossa dignidade é que nos obriga a tomar as armas para que ninguém tenha de tomá-las nunca mais. Somos soldados que querem deixar de ser soldados. Esta é a arma da paz. Recorda sempre que nossa luta é pela paz.

Bala: Nesta bala vai nossa fúria. Nosso desejo de justiça é que move esta bala para que ela fale o que nossas palavras calam. Somos vozes de fogo que querem alívio. Esta é a bala da justiça. Recorda sempre que nossa luta é pela justiça.

Sangue: Neste sangue vai nosso sangue indígena. O orgulho que herdamos dos nossos antepassados, que se transforma em sangue, é o que nos torna irmãos. Somos sangue que rega o solo e acalma a sede de todos os nossos irmãos. Este é o sangue dos homens e mulheres verdadeiros. Recorda sempre que nossa luta é pela verdade.

Milho: Neste milho está a carne de nosso povo. Somos homens e mulheres de milho,filhos e filhas dos deuses primeiros, dos criadores do mundo. Somos milho que alimenta a história, que ensina que é preciso mandar obedecendo. Este é o milho que, doendo, alivia a dor de todos os nossos irmãos. Recorda sempre que nossa luta é pela democracia.

Sangue: Neste sangue vai nosso sangue indígena. O orgulho que herdamos dos nossos antepassados, que se transforma em sangue, é o que nos torna irmãos. Somos sangue que rega o solo e acalma a sede de todos os nossos irmãos. Este é o sangue dos homens e mulheres verdadeiros. Recorda sempre que nossa luta é pela verdade.

Milho: Neste milho está a carne de nosso povo. Somos homens e mulheres de milho,filhos e filhas dos deuses primeiros, dos criadores do mundo. Somos milho que alimenta a história, que ensina que é preciso mandar obedecendo. Este é o milho que, doendo, alivia a dor de todos os nossos irmãos. Recorda sempre que nossa luta é pela democracia.

Terra: Nesta terra está a casa dos nossos mortos mais importantes. Somos os mortos de sempre, que temos de morrer para viver. Somos a morte que vive. Esta é a morte que dá vida a todos nossos irmãos. Recorda sempre que nossa luta é pela vida.

Sete forças: tzotzil, tzetal, tojolabal, chol, mam, zoque e mestizo*. Que a luta cresça sete vezes sete. Sete palavras e sete caminhos: vida, verdade, fome, paz, democracia, liberdade e justiça. Sete caminhos que dão força ao bastão de comando de chefes dos homens e mulheres verdadeiros. Recebe, assim, o bastão de comando das sete forças. Leva-o com honra e que nele não andem as palavras que os homens e mulheres verdadeiros não dizem. Não és mais tu, agora e sempre és nós.

* Etnias indígenas que compões o EZLN. (N. da E.)

quinta-feira, 21 de maio de 2009

As Três Flores da Esperança - EZLN


“México, 18 de Maio de 1996.

À sociedade civil onde quer que se encontre.


Desculpe, senhora sociedade civil, que a distraia de suas múltiplas ocupações e reiteradas angústias. Escrevo-lhe apenas para dizer que aqui estamos, que continuamos sendo nós mesmos, que a resistência é ainda nossa bandeira e que ainda acreditamos na senhora. Aconteça o que acontecer, continuaremos acreditando. Porque a esperança, senhora de rosto difuso e nome gigante, já é um vício entre nós.


Vossa Excelência já sabe que o horizonte se cobre de um cinza que muda para o preto com a mesma celeridade com que andam vendendo nossa história. No entanto, fique sabendo que a liberdade continua estando à nossa frente, que continua sendo necessário lutar e que a história ainda está esperando quem complete suas páginas. Assim são as coisas, e receando que não nos vejamos de novo, aceite três definições muito apropriadas para dias tão nefastos como o que nos esperam:


Liberdade: Diz Durito que a liberdade é como o amanhecer. Alguns o esperam dormindo, mas outros acordam e caminha durante a noite para alcançá-lo. Eu digo que nós, zapatistas, somos viciados em insônia e deixamos a História desesperada.


Luta: O Velho Antônio dizia que a luta é como um círculo. Pode começar em qualquer ponto, mas nunca termina.


História: A História não passa de rabiscos escritos por homens e mulheres no solo do tempo. O poder traça o seu rabisco, elogia-o como escrita sublime e o adora como se fosse a única verdade. O medíocre limita-se a ler os rabiscos. O lutador passa o tempo todo preenchendo páginas. Os excluídos não sabem escrever… ainda.


Aceite, senhora, estas três flores. As outras quatro chegarão logo… se é que chegam. Tudo bem. Saúde e lembre-se que a sabedoria consiste na arte de descobrir, atrás da dor, a esperança.


Das montanhas do sudoeste mexicano,
Subcomandante insurgente Marcos.

sexta-feira, 15 de maio de 2009

17º Parte - Reflexiones Sobre Las Revoluciones Interrumpidas

, por Florestan Fernandes

El segundo aspecto es más importante. Se podría preguntar: dadas las nuevas condiciones del desarrollo capitalista y la transformación de los estamentos señoriales en clases burguesas, ¿la historia no habría, fi nalmente, cambiado de eje? ¿No les interesaría, más tarde, particularmente a las clases burguesas, corresponder al interés global de las otras clases de llevar la revolución nacional hasta el fi n y hasta el fondo (y, con ella, soltar a las otras revoluciones concomitantes)? Sólo en Cuba esa posibilidad histórica se delineó concretamente y sólo por esa experiencia se puede inferir también de forma concreta. Mientras les fue posible, las clases burguesas aprovecharon las oportunidades históricas, culturales y políticas del capitalismo neocolonial y se quedaron con la parte más sucia en la producción del botín y del manejo de la “República mediada”. Bajo el régimen de Batista las cosas llegaron demasiado lejos y varios sectores de la burguesía se desplazaron de sus posiciones. La oportunidad alternativa de una articulación más profunda con las fuerzas revolucionarias de la Nación surgió concretamente. Parecía que, bajo el gobierno revolucionario, salido de la victoria de los guerrilleros, se consumaría ese tipo de avance. Sin embargo, el mismo no se dio. Muchos refl exionan sobre el asunto desde una perspectiva unilateral: los propios guerrilleros y la rapidez de la radicalización popular impidieron esa evolución. Ahora bien, es necesario plantear este argumento en su contexto histórico. A través de los estratos de las clases medias y altas, que encontraron la respuesta en el movimiento revolucionario, la burguesía tuvo la oportunidad pero no la aprovechó. ¿Por qué? Evidentemente, porque no es una clase revolucionaria en las condiciones históricas de América Latina, porque defi ende sus intereses de clase en términos de su vinculación con el capitalismo neocolonial y con el capitalismo dependiente, no siendo siquiera capaz de situarse en una posición de clase que permitie ra conciliar aquellos intereses con la autonomía de la Nación, la existencia de una democracia burguesa real y la extirpación de formas subcapitalistas de explotación humana.

No fue la “mala fe” o el “sabotaje” de los guerrilleros lo que bloqueó a la burguesía cubana. Ésta no podía avanzar en la dirección necesaria porque estaba magnetizada por intereses capitalistas inmovilizantes que exigían la continuidad del statu quo ante (esdecir, colisionaban de manera frontal con la revolución). Por su parte, la presión popular de fuerzas proletarias urbanas y agrarias no debe ser tomada como una “maniobra contra la burguesía”. La efervescencia de esas fuerzas marcaba el nivel de la historia, hasta donde la burguesía tendría que avanzar para realizar un trayecto revolucionario completo. La solución por la fuerza bruta, a su favor, estaba excluida. El gobierno revolucionario, fi el a sus compromisos con la descolonización, con la implementación de la democracia y con la independencia de la Nación, le garantizaba efi cacia política a la presión popular. Por lo tanto, la cuestión global no es la de una supuesta “debilidad de la burguesía”, sino que es, concretamente, de los marcos y del signifi cado de la revolución en América Latina en esta época histórica. La bandera revolucionaria no podría quedar en manos de una burguesía que se plantaba obstinadamente en el mismo circuito histórico de la reacción metropolitana de los Estados Unidos. Aquélla se había desplazado hacia “los de abajo”, se encontraba en manos de las mismas masas populares que exigían que el gobierno revolucionario se lanzara inmediatamente a la reforma agraria y a la concreción rápida de los demás fi nes de la Revolución. Punto fi nal. La página de la historia se dio vuelta completamente, sin la colaboración fructífera de la burguesía como tal. Ésta se había agotado porque la forma de desarrollo capitalista a la cual había atado su destino y su capacidad de acción política no respondía (como nunca respondió) a las exigencias de la situación. Desde que el grueso de la población (es decir, las clases desposeídas y oprimidas) subió a la superfi cie y pudo exteriorizar para qué venía, la burguesía estaba fuera del juego, y con ella el poder imperial del cual había sido títere.

quinta-feira, 7 de maio de 2009

16º Parte - Reflexiones sobre Las Revoluciones Imterrumpidas

, por Florestan Fernandes

LAS LECCIONES DE CUBA

En estas refl exiones, Cuba nos coloca frente a tres temas fundamentales: en ese país, las orientaciones de los estamentos dominantes, en las luchas por la independencia, siguieron las líneas comunes de América Latina: allí se evidencian mejor (o de una forma en la que no fue posible que se evidenciaran en el resto de América Latina) las tendencias centrífugas de la burguesía, su incapacidad total de desplazar la “defensa del capitalismo” a favor de la descolonización completa, de la revolución democrática y de la revolución nacional; por último, el camino recorrido por Cuba demuestra que no son la pobreza, el subdesarrollo y la “apatía del pueblo” los que convierten la miseria, la marginación sistemática y la exclusión política de las masas en precondiciones del “desarrollo económico”, sino la explotación capitalista dual, por la cual las clases dominantes internas y las naciones más poderosas de la tierra se asocian en un brutal latrocinio sin fi n. Quienes quieran conocer otros aspectos de la evolución revolucionaria de Cuba y de su desarrollo socialista tendrán que recurrir a un libro anterior, en el cual intenté trazar las etapas de profundización histórica de la Revolución Cubana.4

El primer aspecto ofrece un interés menor, pero debido al hecho de que en Cuba la página de la historia se ha dado vuelta por completo, el mismo tiene un signifi cado didáctico “concluyente”. La posición de los estamentos dominantes en las revoluciones de 1868 y 1895 y su incapacidad de corresponder a la necesidad revolucionaria global se hacen evidentes de forma ostensiva. Ante la imposibilidad de contener la revolución en el plano político, en las dos ocasiones aquellos estamentos se desplazaron hacia posiciones contemporizadoras y, fi nalmente, antinacionales y reaccionarias. En la guerra de 1868, favoreciendo la perpetuación transformada del régimen colonial español; en la guerra de 1895, favoreciendo una tutela neocolonial de los Estados Unidos, que exigía una amplia y prolongada colaboración institucional de las clases dirigentes cubanas. Lo que importa resaltar, para el caso, es que las estructuras económicas y sociales forjadas por la economía de exportación no identifi caban los estratos económicos y dirigentes con los intereses colectivos del pueblo. Al levantar las banderas de la independencia y de la formación de un Estado
independiente, aquellos estratos sólo completarían la revolución política si estuvieran en condiciones de imponer su control militar y su autoridad política a las fuerzas revolucionarias de extracción popular. Esta refl exión comparativa permite entender mejor qué sucedió, de manera reiterada, en el resto de América Latina: en casi todas las situaciones, los estamentos privilegiados no tuvieron necesidad de retroceder porque no se vieron bajo el riesgo probable de tener que llevar la revolución más lejos, hacia los niveles económico y social, si querían completar el ciclo de la transformación de las estructuras de poder en el ámbito de sus intereses particulares. El retroceso, por lo tanto, no presupone la “inviabilidad” de soluciones revolucionarias que no se concretaron. El mismo ilumina la historia: demuestra que, dentro del horizonte económico y político de los estamentos dominantes, o la revolución se concluía sin mayores consecuencias de reorganización de la economía y de la sociedad (interrumpiéndose a nivel político), o bien no se concluiría (es decir, cualquier victoria posible, con base en la actividad de las masas populares y de líderes militares revolucionarios más o menos autónomos, sería condenada al sabotaje). Es por este camino que se descorre todo el velo, que en otros países quedó retraído. Los estamentos privilegiados aceptaron la revolución para dar nacimiento a gobiernos bajo su control estricto, lo que provocaba que la transformación del Estado se operara bajo una eclosión revolucionaria circunscripta. Sin embargo, el crecimiento de la Nación fue, por esto mismo deliberada y cuidadosamente disociado de la revolución como proceso histórico-social. Ésta tendría que darse de a poco, a lo largo de una evolución conturbada, que llevaría, en diferentes lugares, a los mismos intereses “conservadores” y “antinacionales” a solapar la formación y la autonomización de la Nación.

4 Florestan Fernandes, Da guerrilha ao socialismo: a Revolução Cubana, São Paulo, T. A. Queiroz, 1979. Al fi nal del libro hay una bibliografía seleccionada sobre la Revolución Cubana.